Ni plaga ni insectos perforadores que devoran las copas de los arboles gigantes. El mal que afecta a las secuoyas de la finca de la Losa en la localidad de Huéscar, es simplemente la falta de agua y de una mayor humedad en el suelo sobre el que se asientan, circunstancia que venía provocando que los arboles se estuvieran secando por la parte más alta la copa. Las pruebas visuales, y las realizadas en laboratorio indican que las secuoyas no están afectadas por ninguna plaga, simplemente no disponen del agua y humedad suficiente para mantenerlos sanos y que continúen creciendo.
Ha sido el propio delegado de Medio Ambiente, Francisco Javier Aragón, quien ha informado de los resultados emitidos por los especialistas contratados por Medio Ambiente para diagnosticar el mal y ponerle remedio. «Recientemente nos han facilitado los resultados, descartándose posible incidencia que más nos preocupaba, la acción de un ácaro que pudiera estar afectando a la copa de los arboles. Lo que ha quedado descartado y al parecer el problema está motivado por la falta de una mayor humedad en el entorno de las secuoyas, pues no hay la suficiente para que los arboles puedan hacer llegar el agua necesaria a la copa en su constante crecimiento», dice Francisco Javier Aragón.
La solución al problema parece menos complicada de lo que se preveía en un principio, puesto que junto al lugar donde se encuentra el pequeño bosque de secuoyas hay un riachuelo. «vamos a realizar los trabajos necesarios para que dispongan de los aportes hídricos que necesitan estos árboles», dice el delegado que indica que los técnicos de la Junta, realizan un seguimiento semanal de la situación.
Los arboles originarios de California, tienen unos 50 metros de altura y son parte del paisaje de la comarca de Huéscar y están declarados como árboles singulares en el catalogo andaluz elaborado por la Junta de Andalucía. Ante la alarmante situación que tenían las secuoyas, la delegación de Medio Ambiente desplegó el 7 de octubre pasado un operativo de técnicos en la finca de La Losa en Huéscar para tratar de determinar qué enfermedad estaba afectando a las secuoyas.
Además de los especialistas propios, la Junta de Andalucía contrato los servicios de una empresa especializada, IMPRO Medio Ambiente, la misma que realiza trabajos similares en las secuoyas de la Granja de San Ildefonso en Segovia y cuida de los árboles de gran porte de El Pardo y Aranjuez.
Para tomar muestras de los dos árboles gigantes más afectados se hizo necesaria la intervención de un equipo de escaladores para tomar las muestras que le requerían los técnicos. Un escalador subió hasta lo más alto del árbol y con una motosierra fue cortando varios trozos del árbol que una vez en tierra comenzaron a ser examinados minuciosamente por los expertos Javier Blanco, especialista en sanidad de bosques, y Luis Hiernaux, asesor de parques y jardines de Patrimonio Nacional.
Los especialistas examinaron los trozos que se cortaron de la copa de varias secuoyas y no encontraron la causa del problema. Hubo que esperar a las pruebas de laboratorio para realizar el informe fitosanitario que ha determinado que las secuoyas de la finca de La Losa tienen sed. Ahora se trata de paliar la falta de humedad y continúen creciendo ya que pueden llegar a alcanzar los 100 metros de altura y vivir unos 3.000 años.
Ni plaga ni insectos perforadores que devoran las copas de los arboles gigantes. El mal que afecta a las secuoyas de la finca de la Losa en la localidad de Huéscar, es simplemente la falta de agua y de una mayor humedad en el suelo sobre el que se asientan, circunstancia que venía provocando que los arboles se estuvieran secando por la parte más alta la copa. Las pruebas visuales, y las realizadas en laboratorio indican que las secuoyas no están afectadas por ninguna plaga, simplemente no disponen del agua y humedad suficiente para mantenerlos sanos y que continúen creciendo.
Ha sido el propio delegado de Medio Ambiente, Francisco Javier Aragón, quien ha informado de los resultados emitidos por los especialistas contratados por Medio Ambiente para diagnosticar el mal y ponerle remedio. «Recientemente nos han facilitado los resultados, descartándose posible incidencia que más nos preocupaba, la acción de un ácaro que pudiera estar afectando a la copa de los arboles. Lo que ha quedado descartado y al parecer el problema está motivado por la falta de una mayor humedad en el entorno de las secuoyas, pues no hay la suficiente para que los arboles puedan hacer llegar el agua necesaria a la copa en su constante crecimiento», dice Francisco Javier Aragón.
La solución al problema parece menos complicada de lo que se preveía en un principio, puesto que junto al lugar donde se encuentra el pequeño bosque de secuoyas hay un riachuelo. «vamos a realizar los trabajos necesarios para que dispongan de los aportes hídricos que necesitan estos árboles», dice el delegado que indica que los técnicos de la Junta, realizan un seguimiento semanal de la situación.
Los arboles originarios de California, tienen unos 50 metros de altura y son parte del paisaje de la comarca de Huéscar y están declarados como árboles singulares en el catalogo andaluz elaborado por la Junta de Andalucía. Ante la alarmante situación que tenían las secuoyas, la delegación de Medio Ambiente desplegó el 7 de octubre pasado un operativo de técnicos en la finca de La Losa en Huéscar para tratar de determinar qué enfermedad estaba afectando a las secuoyas.
Además de los especialistas propios, la Junta de Andalucía contrato los servicios de una empresa especializada, IMPRO Medio Ambiente, la misma que realiza trabajos similares en las secuoyas de la Granja de San Ildefonso en Segovia y cuida de los árboles de gran porte de El Pardo y Aranjuez.
Para tomar muestras de los dos árboles gigantes más afectados se hizo necesaria la intervención de un equipo de escaladores para tomar las muestras que le requerían los técnicos. Un escalador subió hasta lo más alto del árbol y con una motosierra fue cortando varios trozos del árbol que una vez en tierra comenzaron a ser examinados minuciosamente por los expertos Javier Blanco, especialista en sanidad de bosques, y Luis Hiernaux, asesor de parques y jardines de Patrimonio Nacional.
Los especialistas examinaron los trozos que se cortaron de la copa de varias secuoyas y no encontraron la causa del problema. Hubo que esperar a las pruebas de laboratorio para realizar el informe fitosanitario que ha determinado que las secuoyas de la finca de La Losa tienen sed. Ahora se trata de paliar la falta de humedad y continúen creciendo ya que pueden llegar a alcanzar los 100 metros de altura y vivir unos 3.000 años.
La secoyas de la finca de la Losa, cuentan con unos 170 años de edad y tiene unos 50 metros de altura. El tronco de algunos de los ejemplares que hay en la finca miden más de 7 metros de perímetro y son necesarias cinco personas para rodearlos. Las secuoyas de Huéscar fueron un regado que realizo el Duque de Wellintong al Marqués de Corvera, en la segunda mitad del siglo XIX, para ornamentar la finca de la Losa, hoy propiedad de Alfonso de Bustos, Barón de Bellpuit. Las especies que hay en la finca son 'Sequoiadendron giganteum' y 'Sequoia sempervirens', aunque las personas mayores de la zona las conocen como 'Las mariantonias'.
En California (USA) se encuentra el Sequoia National Park, donde hay ejemplares como el llamado General Sherman, tiene una altura de 83,8 metros y once de diámetro. Su edad está situada entre 2.300 y 2.700 pero no es ni la secuoya más alta ni la más gruesa de las que se conocen en el mundo.
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